Los Reyes Magos y Granada
Decís que eramos tres, y la adoración a Dios niño nos confiríó la eternidad. Visitamos vuestras casas, tanto las de los que creéis en nosotros como las de los que no, ambas. Pero en las de los segundos ya nos hablaron vuestras almas, no hace falta que dejemos los regalos, lo respetamos pues respetar es parte de nuestra sabiduría.
Nos descubrísteis primero como de tres continentes: europeo, africano y asiático, pero eramos en realidad tartesios, según dice un papa que lo investigó ¿será verdad? Vamos a decir que sí, como decís que sí a los regalos que dejamos o como decís que sí al conocimiento nuevo pues vuestra imaginación se presta a éso.
Si eramos tartesios (actual Huelva) y nuestra adoración nos confirió eternidad, debíamos pasar cíclicamente por la que sería Granada, en nuestro periplo mágico, guiados por una estrella. Os recodaremos que nuestra magia reside en lo que hoy día llamáis Astronomía. Sí, así era, entonces cualquier artilugio que nos informase más sobre esa ascua que nos dirigía al santo lugar, sería clave.
Un año en que pasábamos por la Granada del Al-Andalus, oímos hablar de lentes para ver más lejos. Venía esa aplicación de los estudios de Hassan Ali Aaintan, de Bagdad. Gran maravilla, pues nos sería de gran utilidad para captar la estrella que seguimos. Nuestra ansia de saber nos retrasa y por una vez y por poco casi no llegamos. Pues ¿no teníamos en nuestras manos esas lentes pulidas en la sabia y dulce Granada?
Sin embargo, nuestra estrella no la veríamos más nítida. Ya sabéis que sería Galileo quien podría dar esa visión.
Hoy día ya no corremos riesgo de retrasarnos para saber algo nuevo, siendo sabios también sabemos utilizar Internet y Wikipedia.
Daniel Sánchez Centellas