La relación de los teléfonos móviles y la hostelería se encuentra en cambio continuo. Mientras establecíamos el protocolo de guardar el móvil en la mesa para preservar el buen ambiente al comer, la tecnología ha seguido creciendo a velocidad de vértigo para volver a plantearnos lo mismo: ¿qué pueden aportar los móviles a la experiencia en la mesa? En este caso la respuesta vale tanto como para hosteleros como para comensales: una eficacia total en el servicio.
Cada día que pasa, el teléfono es cada vez mejor herramienta para optimizar el periodo de tiempo que pasamos en la mesa. Y no nos referimos solo a los manteles de Tavola News…
La carta en el móvil
Digitalizar la carta es uno de los primeros pasos. Subirla a la página web o las redes sociales del negocio es un paso que ha dado casi todo hostelero que se precie (aunque por supuesto, siguen existiendo locales que viven de su caché sin tener que dar el salto a la jungla digital). Pero, ¿qué hay sobre hacerla interactiva? Hoy en día es posible mostrar en una carta los ingredientes al detalle, su procedencia, las calorías del plato y hasta los alérgenos que pueda contener cada alimento.
Con la carta digitalizada ya entra el juego el factor económico: son minutos que se ahorra el comensal en leerla y el negocio en suministrarla.
Telecomandas
Y si la carta la tengo en el móvil para reducir las esperas… ¿no podría hacer el pedido al restaurante mientras voy de camino? Pues sí: la gran ventaja de automatizar el servicio es que el camarero mantendría un trato exclusivamente culinario con el comensal. No les buscaría mesa, ni anotaría pedidos, ni estaría pendiente de cuentas, ya que todo esto lo hacemos nosotros desde casa o desde la calle. El camarero del futuro, de cara al cliente, solo tendrá que estar atento al estado de las comandas y a las preguntas que los comensales puedan tener sobre cada plato. De esta manera, a los clientes les estará esperando la comida cuando se sienten en la mesa.
Esto provocará una mejora de fluidez considerable en el tiempo que tardan en rotar las mesas, con la correspondiente mejora económica que se daría prácticamente en cualquier local. Seguro que hay dueños de locales no muy amigos de la idea de automatizar servicios, pero cualquier hostelero se lo plantearía dos veces si conociera el ahorro de tiempo que esto supone.
¿La tarjeta en el móvil?
La idea de pagar con el teléfono a modo de tarjeta de crédito ya lleva con nosotros un tiempo. Si además las plataformas tienen varias formas de hacerlo posible, parece que se acabará consolidando como la forma en la que paga todo el mundo en cualquier negocio.
Por un lado, la tecnología NFC dota a cualquier teléfono de transmitir información mediante el contacto físico, y por supuesto, los datos bancarios no iban a quedarse atrás en esa carrera de la información instantánea. Actualmente se emplean cada vez más lectores que admitan tanto la tarjeta física como la tarjeta virtual.
Por otro lado, está la opción de pagar mediante internet, como si le estuviéramos haciendo una transferencia al restaurante. Para esto ya se han puesto en marcha algunas de las empresas de gestión de pagos más reconocibles, como PayPal, con una app exclusiva para pagar la cuenta en locales hosteleros.
De una forma u otra, ya no habría que pedir la cuenta, con lo que estaríamos restando unos minutos más al tiempo total de espera. ¿Te convence esta opción? El 98% de los usuarios que han pagado con móvil volverían a hacerlo.
Pedidos a domicilio sin límites
Imagina poder pedir comida a cualquier sitio en el que estés, no solo a tu domicilio. Es más; imagina que no hiciera falta indicar tu dirección, porque el local ya sabe tu geolocalización cuando estás llamando. Esto incluye cualquier parte del mundo registrada en Google Maps: parques, playas…
Ya hay empresas que se dedican a este tipo de servicios, aunque se espera que la mayoría de restaurantes sean susceptibles de incluir esta nueva forma de catering.
¿Quieres saber más sobre aplicaciones y nuevas tecnologías dedicadas a la hostelería? Sigue leyendo nuestro blog de Tavola News.