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Seguro que más de una vez has escuchado que el aguacate está de moda. Se podría decir lo mismo del mango, y por el mismo motivo: ambas son frutas que encajan en el clima de nuestra costa subtropical, repartida entre el litoral granadino y la axarquía malagueña. Casi 30 años después de los primeros cultivos en estas regiones, se puede decir que esta iniciativa fue un éxito redondo. Puede que ese fuera el motivo que ha incentivado el ‘boom’ de plantaciones exóticas que estamos viviendo hoy: cada vez vemos más frutas de origen asiático que están destinadas a formar parte de nuestros platos. Te aseguramos que algunas de éstas son las más raras del mundo…

La relación que existe entre el clima asiático y nuestra costa subtropical hace posible el cultivo de frutas desconocidas hasta ahora en Granada y Málaga.

 

Mangostán

 

Esta fruta que parece una cebolla dentro de una ciruela es una a las que más propiedades médicas e historias ficticias se le han atribuido desde que sabemos de ella. Lo único que está claro es que es un potente antioxidante y una fruta de intenso sabor. También se le conoce como «jobo de la India«. La leyenda sobre esta fruta la relaciona directamente con la Reina Victoria de Inglaterra. Se dice que en una de las famosas expediciones que hicieron los británicos a la India, los participantes quisieron importar esta fruta bajo el pretexto de que era una petición de la Reina, que premiaba a aquel que le trajera un mangostán fresco de la India. Aunque según los eruditos de esta fruta esto no es cierto, la expedición consiguió darle a la fruta la fama que quisieron otorgarle en Inglaterra.

 

Durián

 

Si alguna vez viajas al sudeste asiático y tienes la oportunidad de visitar un gran mercado callejero como el de Bangkok, sin duda encontrarás esta particular fruta en muchos de sus puestos. Los tendederos del lugar suelen ofrecerles una pieza de esta fruta a los turistas, no sin una sonrisa socarrona, conscientes de la reacción que tendrá el visitante al probarla. El durián es una fruta de olor insoportable (de hecho, está prohibido pelarlo en algunos sitios públicos), además de tener un tacto poco agradable por fuera. Sin embargo, es de un sabor muy dulce y sus propiedades nutritivas son asombrosas, por lo que nunca ha perdido demanda en sus países de origen. Se ha llegado a definir como «comer crema de vainilla junto a una letrina». ¿Te atreverás a probarlo cuando se empiece a comercializar en España?

 

Jackfruit (jaca)

 

Dicen que es más probable morir del impacto de un coco que de un ataque de tiburón. Si es así, pobre del que le caiga una jaca en la cabeza, una fruta que puede llegar a pesar hasta… ¡35 kilos! La jaca es de una textura parecida a la chirimoya, y se compone de gajos que a la vista parecen dátiles. Es la fruta nacional de Bangladesh y su uso es muy apreciado para la elaboración de cócteles… para los que tengan tiempo de pelar semejante pieza de fruta, claro. Los que se animan la suelen acompañar de whiskey o cualquier tipo de bebida espirituosa, y la comercializan bajo el nombre de «jackfruit«.

 

La jaca o ‘Jackfruit’ es la fruta más grande del mundo. Puede pesar hasta 35 kilos.

 

 

Limones ‘mano de Buda’

 

Este limón de nombre cómico y aspecto parecido a un manojo de plátanos mantiene una estrecha relación con los limones que conocemos, aunque no tienen tanto jugo y es difícil encontrarles semillas. Su uso principal en China y Japón es para perfumar, aunque la piel se puede caramelizar para hacer postres, ya que no es tan amarga como la del limón original.

 

 

 

 

Rambután

 

Uno de las frutas exóticas pioneras que acompañaron al aguacate y al mango fue el lichi, aunque no tuvo tanta popularidad en España como las demás. En el rambután encontramos una fruta hermana del lichi, prácticamente iguales en aspecto y sabor. La diferencia principal es que el rambután es una fruta salvaje, como puede apreciarse por su aspecto (y su precio). Parece que su etimología tiene mucho que ver con la palabra «pelo» en el idioma malayo. La verdad es que sus espinas, aunque blandas, influyen bastante en la comodidad a la hora de pelarlos… tanto que casi hace falta un tutorial para aprender a hacerlo.

 

Pepino dulce

 

Se podría decir que el pepino es como un melón salado, o que el melón es un pepino dulce. Sin embargo, este nombre está reservado para un miembro de la familia del que no sabíamos mucho hasta ahora, precisamente llamado pepino dulce o pepino melón. Los que lo han plantado dicen que su cultivo funciona igual que el de una mata de tomates. Además, suelen crecer flores alrededor que van del color blanco al violeta. Es una fruta de sabor familiar y apariencia muy atractiva, así que sospechamos que tendrá éxito cuando se consolide en nuestro mercado.

 

Rábano Picante

Esta variedad del rábano (más hierba que fruta) tiene parentesco botánico con la col, el repollo, la mostaza… ¡y el wasabi! Ya te puedes imaginar que no son nada prácticos para comer, pero sí que usan mucho como condimento para adobos, carnes y emparedados. Lo ideal si compramos rábano picante es rallarlo inmediatamente y conservarlo en vinagre, ya que en forma de raíz tiende a caducar rápido.

 

 

 

 

 

 

 

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