Te contamos cómo se hace la biznaga, una flor compuesta con varias plantas que es uno de los símbolos de Málaga.
Pocas ciudades tienen tanta tradición con una flor como Málaga con la biznaga, que en árabe significa “regalo de Dios”. Una flor que conquista la vista y da un aroma agradable a cualquier estancia además de ahuyentar a los mosquitos.
Seguramente el secreto de la tradición es que la biznaga no nace; se hace. Es una flor de jazmines elaborada por los malagueños, que se forma con dos o tres plantas diferentes. El proceso empieza por la mañana, cuando los jazmines aún no han florecido. Se recolectan uno a uno y antes de que llegue la tarde se insertan los tallos en las puntas de un cardo seco conocido como nerdo, que se recoge desde finales del invierno y durante la primavera para despojarlos de hojas y ramas y dejarlos secar esperando que los jazmines comiencen a florecer a principios de verano.
Poco antes de llegar la noche los jazmines florecen en la rama del cardo, quedando una bola olorosa con la apariencia de una flor. Opcionalmente, se puede emplear la hoja de un higo chumbo para fijar las biznagas en sus orificios, quedando un soporte perfecto para transportar las flores. De este modo los biznagueros salen ataviados con su traje típico, una camisa blanca, faja roja y pantalón negro para venderlas por la calle. Son ellos quienes llenan Málaga de biznagas y podemos encontrarlos en nuestras calles una vez está bien entrada la primavera.
En el paseo céntrico del parque hay una estatua en honor a este oficio que requiere de mucha paciencia y cariño por el jazmín. Además, en el Festival de Cine de Málaga el galardón principal es la Biznaga de Oro, que ha llevado el nombre de nuestra flor a la escena nacional.
En este reportaje del diario SUR puedes ver cómo se hace la biznaga: