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La estevia es una planta procedente de Paraguay, cuyo nombre en guaraní significa “hierba dulce”. Seguro que has leído que es más dulce que el azúcar, sin ninguna de sus contras, mientras que sí cubre los aportes glucémicos que necesitamos. Eligiendo la estevia nos olvidamos de los problemas que van de la mano del azúcar blanco como la caries, la diabetes, el colesterol o la hipertensión. Al igual que ocurrió con el aguacate o el mango en las décadas de los 60 y 80, alguien se preguntó cómo reaccionaría una planta tropical como la estevia al ser cultivada en un clima subtropical como el de la Axarquía malagueña y la vega granadina. Y la respuesta fue tan positiva como con las frutas exóticas, quedando nuestro suelo como el primero del continente en la producción de estos frutos.

El consumo de la estevia ha estado parcialmente limitado debido a la regulación vigente hasta ahora. El 16 de junio de este año se publicaba el informe en que se reconoce a la estevia como un producto que se consumió significativamente antes de 1997, condición requerida para la comercialización de un alimento. Cabe destacar que en Alemania ya estaba aceptada esta legislación, por lo que han sido pioneros en la importación de la planta y el diseño de la mayoría de productos que la contienen. Durante los primeros cinco años, todos los endulzantes con estevia fueron a parar al mercado de edulcorantes y variantes del azúcar. No obstante, según recoge la agencia de datos Mintel’s Global New products Database, en Alemania hay una creciente demanda del consumidor por conocer el origen de cada producto, quedando así la hoja de estevia como un producto más solicitado que los extractos de la misma. Esta tendencia no es exclusiva de Alemania y podría haber influido en la decisión final tomada en España.

Hay que recordar que la estevia no es un edulcorante o parte de este, si no su sustituto natural, y la mejor alternativa a los productos azucarados. La mejor manera de consumirla es en forma de hojas, entre las que podemos distinguir frescas y secas. Las primeras son recomendables para comer al natural, mientras que las secas tienen un uso idéntico al de cualquier infusión. También podemos triturar la hoja seca, quedando un polvo verde que se puede espolvorear en tostadas, fruta, yogures y cualquier alimento que se quiera endulzar. Si lo usamos para la bebida, es normal que al principio encontremos algo amargo el sabor de tés, cafés e infusiones con estevia, ya que estamos acostumbrados a otro tipo de endulzantes. Si es el caso, podemos corregirlo añadiendo una rodaja de limón (o algún cítrico) mientras se acostumbra el paladar. Por último, cabe recordar que la estevia no carameliza, pero soporta temperaturas de hasta 200º que permiten hacer infusiones muy concentradas, usadas en la elaboración de postres para diabéticos.

Con la nueva legislación se abre una gran vía de posibilidades para los agricultores y comerciantes de esta planta. Queda por ver qué tipo de productos se abren paso en el mercado y si realmente pueden competir con el tradicional azúcar refinado. De momento, lo mejor será encaminarse a las plantaciones de estevia que se están abriendo en Málaga y Granada, y así poder ver y escuchar de primera mano las ventajas de esta planta que los españoles tenemos la suerte de poder cultivar en nuestra tierra.

 

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