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En pleno corazón del Realejo se encuentra una de las plazas más bonitas y amplias de Granada capital. El Campo del Príncipe está rodeado de bares de tapas, casas típicas granadinas… y esconde algo que lo hace diferente.

Siglos antes de la llegada a España de los musulmanes, los judíos tenían su ciudadela en la orilla izquierda del río Darro. La ciudad se identificó con ellos de tal manera que los árabes la llamaban “Garnata al-Yahud” (Granada de los judíos). Cuando los cristianos tomaron la ciudad lo renombraron “El Realejo”, ya que por orden de los Reyes Católicos fue adecentado un gran descampado que había en el lugar.

 

El Campo del Príncipe es el único espacio libre y amplio del barrio del Realejo Alto. Está situado cerca del cerro Mauror, en la antigua Judería y actual barrio del Realejo, al pie de otro barrio típico, el de la Antequeruela. Forma una gran plaza sumamente bella, tranquila y amplia, que posee un tipismo totalmente granadino. Esta plaza se construyó sobre un solar, llamado por los árabes Abulnest, donde hubo un antiguo cementerio musulmán. Pero el nombre de Campo del Príncipe le viene porque en el año 1497 el Ayuntamiento de Granada mandó, a instancia de la Corona, explanar y adecuar la zona para que en ella se celebraran las fiestas nupciales del príncipe Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos… aunque el casamiento se produjo repentinamente en Santander. Se explica la precipitada boda en este emplazamiento como consecuencia de la “impaciencia pasional del príncipe”, ya que la princesa Margarita de Austria había llegado al puerto de Santander con una numerosa escolta y con destino a Burgos, pero el príncipe no estaba dispuesto a esperar a llegar a Granada y salió a su encuentro, de ahí que la boda tuviera lugar en esta localidad cántabra, si bien las grandes fiestas se celebraron en Burgos y Granada.

 

campo del principe palace y cruz

 

Lo primero que llama la atención en la visita del Campo del Príncipe es la impresionante vista del Palace, aunque para muchos devotos lo más especial del lugar es una de las cruces favoritas de los granadinos; la del Cristo de los Favores, que se levantó casi un siglo y medio después de las fiestas del príncipe, como reza en la inscripción que figura a sus pies: “SE A/ CABO/ AÑO DE/ 1682”. La demanda popular de las cruces y la insistencia de la hermandad del Cristo de los Favores hizo que se levantara este monumento en el centro de la plaza, que durante todo el año y especialmente cada viernes santo recibe a cientos de visitantes que acuden a pedir sus favores.

Hoy en día la plaza permanece como uno de los puntos de acceso al Realejo alto y un lugar especial para tapear, ya que entre sus inmediaciones podemos encontrar entre 8 locales muy diferentes en los que está casi garantizado poder sentarse en la terraza al sol y disfrutar de las vistas que atesora el lugar.

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