¡La primavera ha llegado!

 

¿Lo notas? Las horas de luz se alargan, el viento ya no corta y en el campo asoman los primeros brotes, ¡la primavera ha llegado!

Después de una interminable hilera de días grises, para nuestro gusto bastante fresco, por fin empezamos a atisbar algo de calidez. La verdad, es que lo necesitábamos, sobre todo por tierras andaluzas, donde si en tres días no sale el Sol ya estamos poniendo cara de “qué pasa aquí”.

A todas las regiones les sienta bien este cambio, igual nosotros hablamos desde el cariño incondicional, pero nos atreveríamos a decir que la primavera trata con especial cariño a Andalucía, donde desde la época de la Antigua Roma, se le da la bienvenida a la nueva estación con diferentes tradiciones, a cuál más pintoresca.

¡Que se note que somos especialistas en disfrutar los pequeños placeres de la vida!

Seguro que alguna vez has ido a alguna, si no eres ya miembro de una peña o grupo, y además, apostamos lo que quieras a que lo has pasado en grande. ¿Sabes de lo que hablamos? Exacto, de las romerías, esas quedadas campestres en las que se come, se bebe y se canta en medio del campo cual pastores del siglo pasado.

Pero como toda tradición que se precie, las romerías también tienen un por qué y una historia detrás que le da aún más valor, por si ya fuera poco el de hacer feliz a la gente.

En este caso, la Antigua Roma es la culpable de que las veredas andaluzas se llenen de carrozas decoradas y gente caminando. Todo comenzó en el año 313 D.C, cuando el “Edicto de Milán” levantó la prohibición a los cristianos de profesar su fe y Roma se convirtió en la capital del catolicismo. Una vez llegó este imperio a tierras béticas, Los andaluces acogimos está tradición con los brazos abiertos, y acabó convirtiéndose en la forma más antigua del turismo.

María Herrera de
Tavola News